Las gotas verdes humedecen los campos y barnizan discretamente las madres rumiantes, vacas que pastan y desbrozan desde los valles hasta las montañas, celosas de los colores castaños y caobas, las más modernas se alzan con texturas de blanco cremoso y rojo encendido.
Los ganaderos, curiosos de las mamas, acechan los pelajes de un exceso vital, mientras las protagonistas, tranquilas, desfilan su orgullo expuestas a la luz blanca.
A Blanca.
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1 comentario:
otia!!!!no lo había visto !!....gracias bonita,me encanta.UN besazo
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