Así llega el recuerdo de Vera, tan básica como compleja y a merced de la ilusión del que va a un lugar nuevo, de pensar que queda descubrirlo y de la nostalgia del descubrimiento.
Diseñados para el olvido regresamos al mismo camino con pasmosa facilidad, acostumbrados a la ceguera marchamos tan sordos como siempre a ninguna parte. Rosa María Ramos Chinea
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